domingo, 8 de junio de 2008

El gusano - Pablo Lorenzo

El gusano

- ¿Otra vez comiendo tierra? Se te van a llenar la panza de gusanos -reprendió el padre al niño que jugaba con su palita.
Su boca estaba amarga y crujiente. Escupió la tierra y se puso a llorar.
- Bueno, bueno, no me llore, es mentira, no le va a pasar nada.
El niño siguió llorando hasta que su madre dejó de acomodar los platos de cartón del picnic y lo levantó. El llanto pasó a sollozo.
- No te puedo dejar un minuto con el chico que lo haces llorar.
Lo que quedó del día el chico estuvo silencioso, con los ojos grandes, viendo pasar el mundo desde la sillita trasera del coche, se durmió con el ceño fruncido y movía su cuerpo entre sueños.
Cuando despertó ya estaba en su cama con forma de coche, se había hecho pis nuevamente, pero eso no le importaba ahora, se levantó vio que papá y mamá estaban dormidos y siguió su camino hasta la cocina, abrió el cajón, sacó un cuchillo y se lo clavó en la panza y lloró a gritos mientras se sacaba un largo gusano casi interminable que había en su panza.

16 comentarios:

Olga A. de Linares dijo...

Aunque resultó algo siniestra... buena inauguración del blog. Saludos

Salemo dijo...

Esto nos enseña, que hay que tener cuidado con lo que se les dice a los chicos; a veces se parecen a los grandes, entienden demasiado literalmente y las consecuencias puden ser siniestras.
saludos.

©Claudia Isabel dijo...

Quien pudiera tener memoria de los pensamientos de cuando fuimos niños, pero si tengo bien en claro que muchas de las cosas que los adultos decimos repercuten gravemente en la cabeza de un niño.
El cuento guarda irónicamente esta premisa, y nos deja pensando en la influencia de las palabras, en el cuidado que hay poner en ellas.
Un gusto leerte.

MartinRRRR dijo...

Muy cierto, a veces pensamos que ellos no nos entienden...

Xergito dijo...

es como la historia del niño que salio en la siesta y se lo llevo el diablo.. cosa que nos hacia creer mi abuela para olbigarnos a dirmir..
lindo relato...me gusto, saludos!

Anónimo dijo...

Agradezco vuestras criticas y lo invito a darse una vuelta por mi blog, hay otro relato bastante impactante llamado "Comodidad"
http://tallerliterariorg.blogspot.com/

Mónica dijo...

Si habrá que tener cuidado con lo que se les dice a los niños...

¡muy bueno el cuento, estremece al final!

Bsss.

J. Franfal dijo...

Felicitaciones por este comienzo.



Mucha suerte


saludos

Anónimo dijo...

Buenísimo,fantástico post. Hay que pensar muy bien lo que decimos a los niños

Besos

BELMAR dijo...



Buen acompañamiento dominguero...

«La vida es una bestia estúpida...» Stella Díaz Varín

Patricia dijo...

euw!! :(
Bueno a mi me decia mi padre que si me comia las semillas de naranja me creceria un arbolito en la cabeza, cada dia me miraba al espejo para ver si ya venia...me ilusionaba tener un dia un hermoso arbol en mi cabezita (o cabezota?) naaaaa en fin!
estremecedora tu historia, pero educativa que es lo que cuenta no?
un saludo!

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

Terrible e inesperado desenlace.

Me gustó su brevedad y me recordó a Horacio Quiroga.

Felicitaciones.

Muy creativo 2009.

Saluditos.

Anónimo dijo...

como alien, casi, ¿sí?

Jorge dijo...

Hola Amigo: hace un año atrás un grupo de alumnos de un Instituto ubicado en la periferia de Adrogué, Provincia de Buenos Aires, pensó en un proyecto para trabar la discriminación. Este proyecto sigue en pié. Ellos provienen de familias de bajos recursos y con dificultades en construir proyectos de vida en una sociedad tan selectiva.
Más allá del Blog mi propósito es que se den cuenta que pueden revertir situaciones personales y familiares y pueden construir un futuro mejor.

Es por eso que me animo a invitarte a dar una mano desde tu generosidad, ¿cómo?
• Visitando el blog,
• Dejando un comentario en alguno de las publicaciones,
• Recomendarlo a amigos y conocidos,
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• Haciendo un enlace.
Te agradezco de corazón tu tiempo y tu voluntad. Un saludo.

Guido Finzi dijo...

Todos llevamos dentro algo que nos está matando...

Saludos

Cristian Cano dijo...

Cómo me gustaría creer que el nene cómía tierra, para poder matar los gusanos creados por la brutal realidad, servida en platos de delgado cartón.